Una nueva investigación indica que Marte pudo haber poseído alguna vez una luna significativamente más grande que sus satélites actuales, Fobos y Deimos. Esta hipotética luna era lo suficientemente masiva como para generar una actividad de mareas mensurable en los antiguos mares del planeta, como lo demuestran las formaciones rocosas sedimentarias dentro del cráter Gale. Los hallazgos, presentados por Suniti Karunatillake y sus colegas de la Universidad Estatal de Luisiana, sugieren que la luna perdida tenía entre 15 y 18 veces la masa de Fobos.
Firmas de mareas en sedimentos marcianos
Los investigadores analizaron rocas sedimentarias en capas en el cráter Gale, fotografiadas por el rover Curiosity de la NASA. Estas rocas exhiben un patrón de finas capas alternas de arena y barro, conocidas como ritmitas. En la Tierra, formaciones similares son fuertes indicadores de la actividad de las mareas. Las capas sugieren que las mareas entrantes depositaron arena, que luego fue cubierta por lodo fino durante el agua estancada. El análisis del equipo reveló períodos de marea consistentes con una luna mucho más grande que cualquiera de las lunas actuales de Marte.
Confirmación matemática de fuerzas de marea pasadas
Para validar su hipótesis, Ranjan Sarkar del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar utilizó transformadas de Fourier para analizar los patrones de capas. Los resultados confirmaron periodicidades que sugieren que tanto el Sol como una luna más grande alguna vez impulsaron fuerzas de marea en Marte. Esto se basa en un trabajo anterior de Rajat Mazumder, quien propuso en 2023 que formaciones similares en el cráter Jezero también podrían tener un origen de marea, aunque esas imágenes carecían de resolución suficiente para un análisis detallado.
Debate restante y explicaciones alternativas
No todos los científicos están convencidos. Algunos argumentan que los lagos dentro de los cráteres Gale y Jezero eran demasiado pequeños para haber generado mareas perceptibles, incluso con una luna más grande. Nicolas Mangold, del Laboratorio de Planetología y Geociencias, sugiere que estos cráteres no son lugares ideales para registrar depósitos de marea. Otros, como Christopher Fedo de la Universidad de Tennessee, sugieren que los caudales de los ríos que varían regularmente también podrían producir patrones sedimentarios similares.
Sin embargo, Sarkar responde que las conexiones subterráneas podrían haber vinculado el cráter Gale con un océano más grande e invisible. La superficie altamente fracturada y la geología porosa de Marte permitirían tales conexiones hidrológicas, lo que haría plausible la actividad de las mareas.
La presencia de una luna pasada sustancial plantea dudas sobre la evolución del sistema marciano. Las lunas actuales, Fobos y Deimos, pueden ser restos de este cuerpo más grande, desintegrado a lo largo de miles de millones de años. El descubrimiento añade otra pieza al rompecabezas del clima primitivo y la habitabilidad potencial de Marte.
