Una coalición de naciones está presionando para que se imponga un impuesto a los vuelos en jets privados y a los asientos de aerolíneas premium para generar miles de millones para medidas de adaptación y resiliencia climática, lo que podría marcar el primer impuesto sobre el patrimonio de facto del mundo aplicado a los viajes con altas emisiones.
La propuesta de la Coalición
Encabezada por España y Francia, la “Coalición Solidaria de Viajeros Premium” propone una tarifa para los jets privados y los asientos de primera clase o clase ejecutiva que salen de los aeropuertos miembros. Los fondos recaudados se agruparían y redistribuirían a las naciones participantes para apoyar proyectos de adaptación climática, desarrollo sostenible y resiliencia.
“Quienes más contaminan deberían contribuir más”, afirmó la diplomática española María del Mar Fernández-Palacios en la COP30, enfatizando el principio de reparto de cargas basado en las emisiones de carbono. La coalición tiene como objetivo aprovechar el alto impacto ambiental de los viajes de lujo para financiar soluciones climáticas en países vulnerables.
Participación desigual e ingresos potenciales
Actualmente, sólo dos países industrializados (España y Francia) apoyan plenamente el impuesto. La mayoría de los países participantes son aquellos con salidas de vuelos premium mínimas pero que se beneficiarán de los ingresos potenciales. Entre ellos se incluyen Benin, Djibouti, Kenia, Nigeria, Sierra Leona, Somalia y Sudán del Sur.
Antigua y Barbuda, Brasil, Fiji y Vanuatu se han sumado como observadores, lo que indica un interés cauteloso. La coalición enfrenta el desafío de asegurar una participación más amplia de los centros de viajes con altas emisiones para generar fondos sustanciales.
Por qué esto es importante
Esta propuesta representa un enfoque novedoso para la financiación climática. Los impuestos tradicionales al carbono a menudo apuntan a emisiones industriales amplias, mientras que este impuesto se centra en el impacto desproporcionado de los viajes de lujo.
El éxito de la coalición depende de superar la resistencia de las naciones ricas que puedan oponerse al impuesto. Sin embargo, si se implementa efectivamente, podría sentar un precedente para los impuestos ambientales basados en la riqueza.
El plan de la coalición también podría cambiar la narrativa en torno a la responsabilidad climática, imponiendo una mayor carga financiera a quienes contribuyen más a las emisiones a través de estilos de vida con alto contenido de carbono.
El futuro del impuesto
Sigue siendo incierto si la coalición podrá conseguir un apoyo más amplio. Sin embargo, la propuesta destaca una tendencia creciente hacia impuestos ambientales específicos. Si tiene éxito, este impuesto podría allanar el camino para medidas similares dirigidas a otros bienes y servicios de lujo con altas emisiones.
La iniciativa de la coalición subraya la necesidad de mecanismos innovadores de financiación climática, especialmente cuando los impuestos tradicionales al carbono luchan por generar ingresos suficientes. Al centrarse en las emisiones basadas en la riqueza, el impuesto podría desbloquear nuevas fuentes de financiación para los esfuerzos de adaptación y resiliencia.
