Paul Ekman, el psicólogo cuyas décadas de investigación revelaron el lenguaje universal de las emociones humanas reflejadas en las expresiones faciales, falleció el 17 de noviembre a los 91 años. Su trabajo cambió fundamentalmente la forma en que entendemos la comunicación no verbal, con implicaciones para campos que van desde la aplicación de la ley hasta el cine.
La ciencia de las expresiones faciales
La investigación de Ekman, realizada durante décadas, buscó aportar rigor a la capacidad humana intuitiva de leer las emociones. No se limitó a observar; Catalogó meticulosamente miles de movimientos faciales, relacionándolos con estados emocionales específicos. Su hallazgo más notable fue que ciertas expresiones faciales son universalmente reconocidas en todas las culturas, lo que sugiere que están integradas en nuestra biología en lugar de ser aprendidas a través del condicionamiento social.
Un ejemplo sorprendente es su análisis de las sonrisas. Ekman identificó 18 tipos distintos, lo que demuestra que una sonrisa genuina activa los músculos alrededor de los ojos (el orbicularis oculi ) creando patas de gallo visibles, mientras que las sonrisas forzadas carecen de este signo revelador. Esta distinción se ha aplicado en contextos donde la autenticidad emocional importa, desde interrogatorios hasta capacitación en servicio al cliente.
Del FBI a Hollywood
La influencia de Ekman se extendió mucho más allá del ámbito académico. El FBI y la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) consultaron su investigación para mejorar la detección de mentiras y la evaluación de amenazas. Sus técnicas se utilizaron para entrenar agentes para detectar microexpresiones: señales faciales breves e involuntarias que revelan emociones ocultas.
Pero su impacto no se detuvo ahí. Los animadores y cineastas de Hollywood también utilizaron sus hallazgos para crear personajes más creíbles. Al comprender los sutiles movimientos musculares asociados con la emoción genuina, podrían dotar a los rostros animados de mayor realismo.
Legado y Reconocimiento
La Asociación Estadounidense de Psicología reconoció la contribución de Ekman en 2015, ubicándolo entre los psicólogos más eminentes de la era moderna. Su trabajo reformuló el campo, argumentando que las expresiones faciales no son simplemente productos de la cultura, sino adaptaciones evolutivas que ayudan a la supervivencia.
La investigación de Ekman deja un legado de comprensión más profunda de la comunicación humana. Sus hallazgos demuestran que las emociones no sólo se sienten internamente; se transmiten a través de nuestros rostros de maneras que trascienden las barreras lingüísticas y culturales.
Su trabajo sigue siendo influyente y da forma a cómo interpretamos el comportamiento y cómo intentamos detectar el engaño. La ciencia de la expresión emocional seguirá evolucionando, pero la investigación fundamental de Ekman garantiza su impacto duradero.
