En las llanuras del noreste de Kazajstán se ha desenterrado un extenso asentamiento de la Edad del Bronce de 140 hectáreas, que data de hace 3.600 años, lo que ha remodelado fundamentalmente nuestra comprensión de la vida prehistórica de Eurasia. El descubrimiento desafía la visión arraigada de las estepas de Asia Central como ocupadas únicamente por tribus nómadas, revelando evidencia de una sociedad compleja y organizada que rivaliza con civilizaciones antiguas más conocidas.
Un eje central en el mundo de la Edad del Bronce
El sitio, conocido como Semiyarka (“Ciudad de los Siete Barrancos”), tiene vista al río Irtysh, una vía fluvial crucial que conecta las montañas Altai de China con Siberia y el Ártico. Esta ubicación estratégica sugiere que Semiyarka no era simplemente un asentamiento, sino un centro vital de producción e intercambio de bronce, una aleación de cobre y estaño. Los estudios arqueológicos realizados desde 2016 han revelado movimientos de tierra, probablemente estructuras defensivas, al menos 20 recintos domésticos cerrados y un edificio central monumental, posiblemente para uso gubernamental o ritual. El análisis de la cerámica confirma una datación de alrededor del 1600 a.C.
El río Irtysh: una ruta comercial de la Edad del Bronce
Fundamentalmente, el sitio contiene crisoles, escoria y artefactos de bronce, lo que indica una producción de metal a gran escala. El análisis de la composición de la escoria coincide con los depósitos de estaño de las montañas de Altai, a unos 300 kilómetros de distancia. Los investigadores sugieren que el estaño se transportaba a través de rutas fluviales o terrestres, y las inundaciones estacionales ayudaban a buscar depósitos de estaño en el Irtysh. El río sirvió como un corredor de transporte crucial, sentando las bases para rutas comerciales posteriores como la Ruta de la Seda.
Desafiando los estereotipos nómadas
El gran tamaño y el diseño ordenado de Semiyarka contrastan marcadamente con los campamentos dispersos tradicionalmente asociados con las comunidades nómadas de la estepa. Si bien todavía se planean excavaciones detalladas, la evidencia actual sugiere una construcción contemporánea, en lugar de construcciones sucesivas a lo largo del tiempo. Este asentamiento organizado apunta a un nivel de complejidad social previamente subestimado en las sociedades esteparias de la Edad del Bronce.
Un nodo clave en las redes metálicas euroasiáticas
Los investigadores creen que Semiyarka funcionó no sólo como un centro de producción, sino también como un centro de poder e intercambio regional, que unía Asia Central con el continente euroasiático en general. La posición del sitio cerca de importantes depósitos de cobre y estaño, combinada con su acceso al río, facilitó el comercio y el control de recursos vitales.
“Esto nos dice que estaban organizados, que eran capaces de abastecerse de recursos y defenderse”, dice el arqueólogo Barry Molloy. “Llevar materiales como minerales y metales a un espacio centralizado habla de un nivel de organización social que va más allá de lo inmediatamente local”.
El descubrimiento obliga a reevaluar las sociedades esteparias de la Edad del Bronce, demostrando que eran tan sofisticadas como sus contemporáneas en otras partes de Eurasia. Semiyarka representa un nodo fundamental en las antiguas redes metálicas, un precursor de las Rutas de la Seda y un testimonio de la complejidad de la vida prehistórica en las estepas.
