Canadá ha perdido el estatus de eliminación del sarampión que tanto le costó ganar, lo que marca un preocupante resurgimiento de esta enfermedad altamente contagiosa en el país. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), responsable de la salud en las Américas, hizo esta declaración basándose en los patrones de transmisión persistentes observados durante el último año.

Para ser declarada “eliminada el sarampión”, una región debe demostrar al menos 12 meses sin transmisión endémica, es decir, la propagación constante del sarampión entre su población. Si bien pueden ocurrir casos esporádicos debido a que los viajeros traen el virus desde otros lugares, la circulación sostenida significa un problema más grave. Esta reciente declaración se produce después de que la OPS informara un asombroso aumento de 29 veces en los casos de sarampión en las Américas durante el primer semestre de 2025 en comparación con 2024. Durante ese período, Canadá lideró la región con 3.170 casos reportados entre enero y julio.

A finales de octubre, los casos confirmados y probables de sarampión en Canadá ya habían superado los 5.100 en 2025. Estos casos se han extendido geográficamente y han afectado a 10 provincias y territorios: Alberta, Columbia Británica, Manitoba, Nuevo Brunswick, Nueva Escocia, Ontario, Isla del Príncipe Eduardo, Quebec, Saskatchewan y los Territorios del Noroeste. Este aumento representa un brote continuo que comenzó en octubre de 2024 y continúa principalmente en comunidades con tasas de vacunación más bajas.

Esfuerzos de respuesta y enfoque en la vacunación

Reconociendo la gravedad de la situación, la Agencia de Salud Pública de Canadá (PHAC) está colaborando activamente con la OPS y varios socios de salud en todo el país. Sus objetivos inmediatos incluyen reforzar la cobertura de vacunación, mejorar la vigilancia de enfermedades y brindar orientación basada en evidencia a las comunidades que enfrentan brotes. La posibilidad de recuperar el estado de eliminación depende de interrumpir con éxito la transmisión de la cepa actual de sarampión durante al menos otros 12 meses.

Una tendencia mundial: el resurgimiento del sarampión

Canadá no está solo al enfrentar este desafío. Aunque Estados Unidos eliminó el sarampión en 2000, también ha experimentado un preocupante resurgimiento. Texas, seguida de Arizona, Nuevo México y Kansas, se han visto particularmente afectadas en los últimos años. Hasta finales de octubre, se habían notificado casi 1.700 casos de sarampión en los EE. UU., un aumento espectacular con respecto a solo 285 casos durante todo 2024.

Esta preocupante tendencia subraya la importancia crítica de la vacunación. Los datos del Johns Hopkins U.S. Measles Tracker muestran claramente que las personas no vacunadas o aquellas con un estado de vacunación desconocido representan casi todos los casos de sarampión reportados en los Estados Unidos este año.

Si bien los calendarios de vacunación infantil han sido objeto de escrutinio recientemente, en particular en lo que respecta a las vacunas contra el sarampión, las recomendaciones permanecen prácticamente sin cambios. Sin embargo, las tasas de vacunación han disminuido de manera alarmante en todo el país, lo que genera serias preocupaciones sobre posibles brotes y complicaciones futuros.

Los modelos epidemiológicos pintan un panorama sombrío: si persisten las tendencias actuales de vacunación, el sarampión podría volverse endémico en Estados Unidos dentro de dos décadas. Este sombrío escenario podría provocar aproximadamente 851.300 casos, 170.200 hospitalizaciones y 2.550 muertes en los próximos 25 años. Además, las complicaciones de salud a largo plazo que pueden surgir de la infección por sarampión probablemente también aumentarán, lo que afectará a los supervivientes en los años venideros.

Las posibles consecuencias de la disminución de las tasas de vacunación son nefastas, lo que pone de relieve la urgencia de fortalecer los mensajes de salud pública y abordar las causas fundamentales de las dudas sobre las vacunas.