Tres sorprendentes “mesas negras” (restos de un paisaje de la era Paleozoica) están remodelando los patrones de arena en el Sahara, creando formaciones de dunas únicas y zonas extrañamente áridas. Una fotografía reciente de un astronauta capturó esta rareza geológica cerca de Guérou, Mauritania, y revela cómo las estructuras rocosas antiguas influyen en los paisajes modernos impulsados ​​por el viento.

Orígenes y composición geológica

Estas mesas, colinas de cima plana que se elevan entre 300 y 400 metros sobre las llanuras circundantes, están compuestas de arenisca y se extienden hasta 9,5 kilómetros de ancho. Su coloración oscura se debe al “barniz de roca”, una capa negra rica en manganeso y óxidos de hierro, formada durante milenios por condiciones áridas y actividad microbiana. Este barniz no es sólo estético; indica una exposición prolongada a ambientes desérticos hostiles.

La formación de estas mesas se remonta a la era Paleozoica (hace 541-251,9 millones de años), cuando probablemente formaban parte de una formación rocosa continua erosionada con el tiempo por el viento y el agua. Estructuras masivas similares, como el “Ojo del Sahara” (Estructura Richat) ubicada a 460 kilómetros al norte, sugieren una historia geológica más amplia de levantamiento y erosión en esta región.

Cómo las mesas dan forma a los patrones de dunas

Las mesas crean dos efectos distintos en la distribución de arena circundante:

  • Acumulación de dunas orientales: Los vientos predominantes que transportan arena la amontonan contra las laderas orientales de las mesas, formando dunas trepadoras (acumulaciones en forma de crestas) y dunas barchan (formaciones rayadas en forma de media luna). El tono amarillo rojizo de la arena coincide con la composición típica de las dunas saharianas.
  • Socavación de dunas occidental: Los lados occidentales de las mesas permanecen en gran medida libres de dunas debido a la ” socavación del viento “. Las corrientes de aire que se mueven rápidamente entre las mesas en realidad soplan la arena, evitando la acumulación.

Este doble efecto (acumulación por un lado y eliminación por el otro) convierte a estas mesas en escultores paisajísticos únicos. El fenómeno es visible en imágenes de satélite, que muestran dunas que se alejan de las rocas negras como si fueran colas.

Contexto global y análogos marcianos

Si bien las mesas se encuentran en todo el mundo (incluido el suroeste de EE. UU.), el Sahara tiene una alta concentración de ellas. Las mismas fuerzas erosivas que dan forma a estas características en la Tierra también operan en Marte, donde las mesas talladas por miles de millones de años de erosión eólica son una característica geológica prominente. Esto sugiere que los procesos que dan forma a los paisajes no son exclusivos de nuestro planeta.

En última instancia, estas mesas saharianas demuestran cómo las formaciones geológicas antiguas pueden remodelar activamente los paisajes modernos, revelando el poder duradero de la erosión y los patrones del viento a lo largo de vastos períodos de tiempo e incluso en otros planetas.